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El título de esta película en español, como pasa con muchos otros, no tiene que ver con el original, “White material” que, por lo visto, es una forma peyorativa que utilizan los indígenas africanos para llamar a los productos de los colonizadores blancos y, supongo, a ellos mismos también. Se podría traducir literalmente por “material blanco”, pero tiene más el sentido de “basura”, “desecho” o “residuo”, si bien “carne” también podría servir. A veces no se comprende bien la razón por la que la productora o distribuidora de una película, o quienquiera que sea que se encargue de traducir los títulos, opta por traicionar el original, sobre todo si es tan significativo como éste, aunque siempre habrá por detrás intereses comerciales, claro está. En este caso parece bastante evidente el deseo de relacionarla con un éxito de taquilla como “Memorias de África”, donde también hay una valiente cultivadora de café. Pero claro, no podían llamarla “Memorias de África II” porque hubiera resultado demasiado descarado, teniendo en cuenta, además, que la visión de África que se nos ofrece en ambos filmes es muy distinta.
El título de esta película en español, como pasa con muchos otros, no tiene que ver con el original, “White material” que, por lo visto, es una forma peyorativa que utilizan los indígenas africanos para llamar a los productos de los colonizadores blancos y, supongo, a ellos mismos también. Se podría traducir literalmente por “material blanco”, pero tiene más el sentido de “basura”, “desecho” o “residuo”, si bien “carne” también podría servir. A veces no se comprende bien la razón por la que la productora o distribuidora de una película, o quienquiera que sea que se encargue de traducir los títulos, opta por traicionar el original, sobre todo si es tan significativo como éste, aunque siempre habrá por detrás intereses comerciales, claro está. En este caso parece bastante evidente el deseo de relacionarla con un éxito de taquilla como “Memorias de África”, donde también hay una valiente cultivadora de café. Pero claro, no podían llamarla “Memorias de África II” porque hubiera resultado demasiado descarado, teniendo en cuenta, además, que la visión de África que se nos ofrece en ambos filmes es muy distinta.