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jueves, 1 de septiembre de 2016

La tétrada oscura de la personalidad


Antes de exponer el tema “La tétrada oscura de la personalidad” voy a plantear dos dilemas. Podéis elegir la respuesta A o B en cada uno.

I. El dilema del tranvía
Un tranvía en el que han fallado los frenos se dirige contra cinco personas que están trabajando en la vía. Si no se hace nada, dichas personas morirán. El maquinista puede, sin embargo, apretar un botón para cambiar al rail derecho en el que tan solo hay una persona trabajando, matando a esta, pero salvando a las otras cinco personas.
A) Girar a la derecha. Morirá una persona.  
B) No girar a la derecha. Morirán cinco personas.

 II. El dilema del hombre gordo
Un tranvía en el que han fallado los frenos se dirige contra cinco personas que están trabajando en la vía. Tú estás observando la escena desde un puente, y en ese momento se detiene a tu lado un hombre gordo. Tú sabes que si lanzas al hombre gordo a la vía, este detendrá el avance del tren y salvará a las cinco personas, aunque a precio de matarlo.
A) No hacer nada. Morirán cinco personas.
B) Tirar al hombre gordo a la vida, provocando su muerte y salvando a las cinco personas. 

Ahora veamos los resultados, aunque lo que voy a decir es muy relativo y no concluyente. Pero nos sirve como introducción ilustrativa del tema.
El que haya respondido la A en ambos dilemas, que sepa que es el resultado normal que se suele dar. O sea que se puede decir que su sentido moral es común y corriente.

El que haya respondido la A a la primera y la B a la segunda, podemos decir que se presenta como una persona muy racional, algo fría y con conciencia instrumental, un poco como serían estas personalidades nocivas. Esto no quiere decir que vaya a ser una de ellas, pero sí que apunta maneras XD. Porque pensar que puede imaginar tener la sangre fría para empujar a un tipo gordo a la vía y quedarse tan pancho aunque salve cinco vidas, da que pensar XD

El que haya contestado B en los dos dilemas,  posiblemente prefiere no intervenir entre ambas posibilidades por la responsabilidad moral que supone optar por una  u otra. No es lo mismo que mueran cinco personas accidentalmente, que mover una palanca y matar a una a sabiendas, aunque pueda salvar a cinco. Sentiría como si hubiese cometido un crimen. Además, es posible que se plantee: ¿quién soy yo para decidir sobre la vida y la muerte de nadie, para decidir quién debe morir y quién no? Habría otras posibilidades pero me quedo con ésa que es la que se ha planteado en un canal en el que expuse el tema. Quizá sea ésta la solución más moral.

Bien, y después de este ejercicio, paso a comentar algo sobre las personalidades nocivas y tóxicas, epítomes de la maldad  humana.  

Mi intención es primero presentarlas y exponer algunas de sus características. Luego contar someramente cómo es su modo de actuación depredador y el ciclo enfermo al que someten a las víctimas, para acabar explicando cómo detectarlas y cómo defenderse de ellas.

 Pues bien, como estas personas tóxicas son representantes de la maldad humana, para entender el fenómeno de la misma estableceremos, en primer lugar los criterios básicos para identificar su raíz. Estos criterios son las siguientes:

1.- La distinción o separación entre el mal intencional y el que no lo es (llamado mal banal). Es decir, existen personas cuyas intenciones son perversas a priori. Se acercan a los demás ya con malas intenciones desde el primer contacto. Entre estas personas se integrarían los representantes de la tétrada oscura de la que nos vamos a ocupar. En cambio el mal no intencional es el que podemos producir cualquiera de nosotros y que puede ser fruto de la inconsistencia y la disonancia cognitiva, la incapacidad de actuar de forma coherente y justa en situaciones de estrés o de quiebra del orden social normal.

2.- La cosificación del ser humano. Considerar a la persona como un objeto, despojándola de su dignidad como tal.

3.- El engaño, en sus diferentes formas, a veces disfrazado de buenas intenciones.

Tres son los perfiles de personalidad que se han denominado como la Dark Triad of personality –Tríada Oscura de la personalidad; TRÍOPE–: el maquiavelismo, el narcisismo y la psicopatía, y estos dos últimos siempre referenciados como “a nivel subclínico” (también llamados “psicópatas integrados”,”exitosos” o psicópatas de la “variedad jardín”) En los últimos tiempos, a esta triada, reconocida por todos los profesionales de la salud mental, se ha venido añadiendo el sadismo, conformando entonces una tétrada.

Cuando se habla de “nivel subclínico” se hace referencia a que son personas perfectamente integradas en la sociedad, que no han delinquido, o simplemente, que no han sido identificadas como criminales, aunque hayan podido llevar a cabo algún delito; es decir, nunca han estado en la cárcel ni han sido pilladas con las manos en la masa. Son personas perfectamente aclimatadas, personas de andar por casa, que viven con normalidad, la mayoría con familia y trabajo. Nos los podemos encontrar en todos los ámbitos y niveles sociales y pasan desapercibidas, a pesar de los daños que hayan causado o puedan estar causando en su entorno.

Según los baremos que se utilicen, el porcentaje de este tipo de personas  puede ir del 1% al 8% de la sociedad. O sea que nos podemos cruzar todos los días con alguna por la calle.  Dentro de la población carcelaria, aumentaría el número a un 15 o 20%. También he visto otras estadísticas que consideran que el porcentaje de este tipo de personalidades oscuras se eleva en la clase política y en los altos estamentos del poder y de los negocios hasta un 10 o 12%

Con estas personas es comprensible la metáfora del lado oscuro como la parte más negativa de las relaciones humanas. Estas nos pueden producir gran felicidad y satisfacción, pero también todo lo contrario.  Así, la tétrada comporta perfiles que bien podríamos considerar como tipos de personalidades psico-emocionalmente tóxicas y nocivas, que producen maltrato psicológico y violencia sobre sus congéneres.

Veamos las similitudes y diagnóstico diferencial entre los cuatro tipos:

En relación a las SIMILITUDES, todos funcionan como depredadores y carecen de empatía.  

Aquí hay que distinguir entre empatía cognitiva o empatía emocional/afectiva. Es decir, estos tipos sí presentan empatía cognitiva, que es  la capacidad de comprender e inferir los afectos y las experiencias emocionales de los demás, pero lo hacen de forma deficitaria e instrumental, para conseguir sus objetivos de las personas que eligen como víctimas. En cambio no tienen empatía emocional/afectiva, son estúpidos o tarugos emocionales, en el sentido de que no pueden experimentar las emociones de los demás, ya que son incapaces de ponerse en el lugar del otro.  Suele decirse a este respecto que “se saben la letra, pero no la música de las emociones”. Esto facilita la cosificación de los demás, es decir, la deshumanización de las personas y el empleo de la crueldad con las mismas, como si fueran objetos/cosas. Es en este sentido en el que se dice que los psicópatas ni sienten ni padecen. Por eso estos tipos saben lo que tienen que decir a los demás y lo que éstos quieren oír, pero en absoluto lo sienten.

Aparte de la insensibilidad, otras características comunes son el egoísmo, la explotación, un carácter socialmente malévolo, falsedad, frialdad emocional y tendencia al auto-bombo...y sobre todo, ausencia de psicopatología, en otras palabras, ausencia de enfermedad mental.

Veamos la distinción entre ellos:

Los MAQUIAVÉLICOS se caracterizan por el cinismo, astucia y manipulación de los demás. Son calculadores y fríos. Adoptan una postura racionalista en sus relaciones con los demás, a los que utiliza de forma instrumental y sin remordimientos. Cambia de "chaqueta" según le convenga. No suele utilizar la violencia. Una revisión reciente sugiere que las personas maquiavélicas se definen por comportamientos para asegurarse objetivos de compensación tales como el éxito personal en contra de las metas comunes, así como por tratar de ser un amigo deseable. Estas personas tienen pocas normas éticas, o más bien son amorales, y harán lo que sea necesario con tal de obtener éxito. Aunque los maquiavélicos pueden disfrutar del éxito real, no suelen ser escogidos como compañeros en las relaciones a largo plazo.

Los NARCISISTAS  SUBCLÍNICOS se caracterizan por el egoísmo, por un sentido egocéntrico del derecho –del tipo “A mí todo me está permitido”– y por una positiva auto-imagen aunque poco realista, sino más bien delirante, en el sentido de que tienen fantasías de poder y amor ilimitados. Aunque inicialmente son muy queridos por los demás, ya que suelen ser personas amables, los narcisistas llegan a ser, transcurrido un tiempo, cada vez más impopulares. Disfrutan de “brillar en la gloria reflejada” e intentan vincularse con gente importante y con poder; a su vez, consideran a la mayoría como indignos de su atención o amistad. Estas tendencias se basan en un sentido inestable y frágil de autoestima que es altamente susceptible a las amenazas y desafíos a su ego hipertrofiado. En este sentido, los perversos narcisistas se consideran los más vulnerables de la tétrada, debido a la herida narcisista que subyace en el fondo. En cambio, con respecto a los psicópatas, que se consideran los más peligrosos, tienen la ventaja, en mi opinión, de que pueden aprender de sus errores, lo cual aumenta su peligrosidad.

Los SÁDICOS son el cuarto tipo añadido a la tríada de personas demoníacas. Ellos desean ejercer la crueldad en todos los aspectos de la vida, no sólo en el sexo, como se suele pensar. Los Sádicos encuentran excitante y placentero el acto de hacer daño a personas inocentes y buscan activamente oportunidades para satisfacer sus ganas de brutalidad. Los Sádicos podrían ser únicos en el sentido de buscar una crueldad gratuita aunque requiera esfuerzo y no tenga beneficios aparentes.

Los PSICÓPATAS SUBCLÍNICOS. A diferencia de los sádicos, no hacen daño por el daño en sí, sino con un propósito, para conseguir algún objetivo. Sólo les importan sus propias motivaciones y deseos. Los psicópatas integrados no tienen una pérdida de contacto con la realidad, ni experimentan los síntomas característicos de la psicosis. A diferencia de los psicóticos, los psicópatas son plenamente racionales y conscientes de lo que hacen y por qué lo hacen y, por tanto, son legalmente responsables de sus actos. Su conducta es el resultado de su elección, libremente realizada, convirtiéndose en el más perfecto depredador de su propia especie (un psicópata comentó: “ser depredador no es malo”. O sea que saben perfectamente lo que son y lo defienden como algo positivo, ….para ellos, claro).

No hay acuerdo entre los estudiosos sobre lo que es la psicopatía. Unos dicen que es un trastorno de la personalidad asocial, otros que un constructo que alguien inventó para describir a un cierto tipo de delincuentes. Yo estoy más de acuerdo con los que consideran que no es un trastorno, dado que la psicopatía de un psicópata no es algo temporal que padece, como un resfriado o un dolor de cabeza, sino que es una condición de la persona, una forma de ser, de estar y de relacionarse con el mundo, una patología caracteriológica. Yo la colocaría más en una categoría moral o locura moral. Un psicópata se definió a sí mismo como “un loco muy cuerdo”.  El psicópata tiene su propio código de conducta, sus propias reglas, que no coinciden con las comunes.

Por otro lado, hablar de psicopatía es ahondar en la esencia de lo humano, puesto que en general, cuando se habla de psicopatía se hace referencia a lo inhumano o lo desalmado, conceptos ambos más relacionados con la filosofía que con la medicina. Pero al hilo de lo  expuesto, podríamos considerar la psicopatía como un sufrimiento –pathos- de la psique, cercano a la locura, es decir, al delirio; un delirio megalómano con una lógica, la de la razón, es decir, un delirio razonado, aparentemente lógico. NO podemos considerarlo como una enfermedad mental, puesto que la psique no es sinónimo de mente. El término psique significa alma, no mente. La psique no tiene que ver con lo mental ni con lo neurológico.

La psicopatía parece estar compuesta de dos amplios grupos de trazos.  El primero afecta al área emocional y de las relaciones interpersonales que hace que la persona del psicópata sea incapaz de empatizar, de sentir culpa o remordimientos y tenga especial dificultad para vincularse significativamente a los demás. Es cruel e insensible emocionalmente, comparado con una persona normal. Eso no quiere decir que carezcan de sentimientos o emociones, puesto que son personas, seres humanos, no robots; pero los que tienen son negativos, superficiales y de bajo perfil. Estas personas tienen "labilidad emocional", sus emociones cambian rápidamente, son sentimentaloides y son superficiales, no hay amor, ni alegría, ni paz interior, ni altruismo, ni desesperación, tristeza o dolor profundo. Sin embargo, si sienten emociones básicas: euforia, deseo sexual, rabia, rencor, frustración, ánimo bajo,  etc... Se dice que este estado se asemeja al de un reptil. Algunos los tachan de subespecie, humanoides y similar.

Una segunda faceta de la psicopatía afecta a su sociabilidad, destacando la esencia destructiva de esta patología, ya que hace referencia a todo un estilo de vida que destruye lo social, lo comunitario, mediante la aniquilación de la norma y de todo aquello que facilite la convivencia cívica. Dentro de este grupo incluye lo normativo, las leyes, la responsabilidad, los límites. El psicópata no tendrá inconveniente en traspasar los límites y normas personales y sociales si se interponen en sus deseos.

La psicopatía presenta una serie de rasgos esenciales que la diferencian de cualquier otra patología. Destaca el egocentrismo, la omnipotencia o megalomanía, la manipulación, la seducción, la mentira, la cosificación del otro, la incapacidad para sentir, la perversión, la falta de conciencia, la vacuidad lingüística, la apatía y la desvinculación. La persona psicopática ha aprendido a vivir de manera disociada. Funciona bajo sus propias normas. Como persona escindida, también escinde cualquier agrupación o conjunto. El grupo parece su enemigo y por ello tiende a dividir.

Destaca su inteligencia y su encanto, aunque algunos no consideran que se pueda hablar realmente de inteligencia, sino más bien de astucia y pillería callejera. Además, no todos son inteligentes, sino que también los hay muy mediocres, como cualquier persona y seguramente éstos serán los menos exitosos y que acaben entre rejas.

Son grandes seductores y manipuladores. Como cuasianimal destaca su capacidad de supervivencia. Hay quien lo compara con un camaleón pues mimetiza el ambiente, pasando desapercibido y confundiéndose.

Los psicópatas no tienen dudas, no se plantean dilemas como podemos hacerlo la mayoría de las personas. Saben lo que quieren y van a por ello. El instinto es el que les dicta y al que siguen. Eso decía un psicópata, y añadía: “mis tripas saben lo que me conviene”

No es cierto que la persona psicopática sea necesariamente asesina. Por el contrario, como hemos dicho, muchas de estas personas están, aparentemente, bien adaptadas al medio; son personas respetables, con familias y trabajos respetables. Incluso puede que alguna ni siquiera llegue a hacer ningún mal. En este sentido, hay algunas investigaciones (las de Mahmut) que sugieren que los psicópatas también pueden llegar ser más buenas personas, sensibles y emotivos que las propias personas normales.

A mí esta posibilidad no me resulta extraña por dos cosas. La primera es por su enorme habilidad para encontrar nuestros puntos flacos y apretar los botones que nos hacen saltar. De un experimento se deduce que un 70% de los que dan alto en escalas psicopáticas saben si una persona es vulnerable sólo con verla andar, ahí es nada, frente al 30% en el caso de personas no psicópatas.

La segunda es que, en mi experiencia con los psicópatas y, sobre todo, perversos narcisistas, he visto que utilizan mucho tiempo y esfuerzo para seducir a sus víctimas, a veces varios años. Aunque sea para destruirlas me parece que ponen demasiado empeño. Yo no sé si sería capaz de emplear tantas horas y afán en alguien en particular que no me importa nada. Así que si esas personas pudieran traducir su fuerza destructiva en fuerza constructiva, su capacidad de amor sería extraordinaria. Claro está que ésta es mi lógica, no la del psicópata que es completamente diferente a la nuestra. Lo que para nosotros puede ser absurdo, para él no lo es.

En este sentido de “psicopatía positiva” se ha empezado a estudiar la incidencia de las características psicopáticas llamadas “adaptativas” en lo que llaman “poblaciones heroicas”: profesiones de primera línea como los agentes de la ley, militares y servicios de rescate, por ejemplo. Y es que los psicópatas gozan de rasgos tremendamente positivos e imprescindibles para triunfar: son atrevidos, carismáticos, implacables, centrados, fríos y seguros de sí mismos.

También tienen, por lo visto, más éxito reproductivo, lo que explicaría que se hayan desarrollado tanto en nuestra sociedad, aunque si bien si la información viene de  encuestarlos a ellos mismos, no creo que sea muy fiable XD. Pero sí, conozco el síndrome del malo,  la atracción que sienten las mujeres por los malotes (somos tontas del bote.. ¡¡¡pareado!!!)

Tampoco hay consenso en relación a la etiología u origen de la psicopatía. En general, se piensa que hay psicópatas primarios, genéticos, que han nacido así (un psicópata decía: “yo nací con malas intenciones”), y otros  secundarios que son producto de la interacción entre lo biológico y lo ambiental.  

Los primarios suelen manifestar sus conductas psicopáticas desde niños, maltratando animales. Podemos ver un ejemplo en Dexter, aunque este personaje no es el psicópata integrado del que hablamos hoy.

La mayoría piensa que, aunque genética, la psicopatía no es una
 condición hereditaria, si bien he leído también en otros que se están planteando la posibilidad de que lo sea.

Respecto a los primarios, no son susceptibles de poder cambiar con ningún tratamiento o terapia psicológica, puesto que, como hemos dicho,  la psicopatía supone una forma de ser. Es más, sería contraproducente el tratamiento psicológico porque aprenderían posiblemente más técnicas de control mental y manipulación. De hecho, es normal que un psicópata engañe al terapeuta y le tome el pelo.

Por otro lado, es casi impensable que un psicópata se encuentre mal consigo mismo y piense que necesite terapia. No obstante, los psicópatas secundarios, reactivos al ambiente, sí podrían tener alguna posibilidad de sentir alguna culpa y de intentar modificar su conducta.

Hay muchas líneas de investigación abiertas en torno al componente genético que pueden tener estos individuos. Robert Hare lleva a cabo desde Canadá uno de los mayores esfuerzos en investigación para dar con la clave, desde diferentes enfoques: genético, psicométrico, etc.

Se presupone un déficit de serotonina en estas personas y una tendencia a tener baja activación en la corteza dorsolateral prefrontal; pero los resultados de los estudios tratados demuestran que existen notables diferencias individuales entre los psicópatas. O sea que no es nada concluyente.

Los cuatro perfiles vistos pueden correlacionar en una misma persona y solaparse entre sí por su multitud de similitudes. La verdad es que a mí me resulta difícil distinguirlos, excepto por los aspectos antes referenciados. Cuanto más alta sea la puntuación de la persona en los tests (Items de Clekley, Escala de Hare, etc.) y otras técnicas de evaluación de los cuatro tipos, más peligrosa será para sus semejantes.

Las correlaciones que parecen más aceptadas son las de psicopatía con narcisismo, de tal manera que incluso algunos autores, como Lowen, entienden que la psicopatía se engloba dentro del espectro del narcisismo, como una exacerbación del mismo.

Otra de las correlaciones más aceptadas por los resultados de las aún escasas investigaciones sobre el tema  es la de psicopatía y maquiavelismo.

De mi experiencia personal, que se sitúa sobre todo en las relaciones mantenidas en Internet, puedo decir que me he encontrado con una persona que, en mi opinión, presenta claramente los cuatro tipos de perfil, es decir que es psicópata, narcisista, maquiavélico y sádico, todo a la vez, así que por eso puedo afirmar de primera mano, siempre desde mi punto de vista, que todas esas personalidades pueden coincidir en una sola persona. Este tipo del que hablo responde perfectamente al subclínico porque pasa desapercibido como tal psicópata y está bien considerado, como un contertulio simpático, ingenioso y entrañable, dentro de los canales en los que interactúa. Sólo los que han tenido contacto en privado durante un tiempo con él, fundamentalmente mujeres a las que ha  podido intentar depredar, quizá se hayan percatado de su dimensión psicopática y de su peligrosidad, excepto a las que mantenga engañadas aún o a  las complementarias a las que haya contagiado de su maldad  y que se hayan convertido en sus aliadas (el tema de las complementarias es interesante pero no lo voy a tratar aquí)

También me he topado por el IRC con otros tipos que son fundamentalmente sádicos, que disfrutan y se divierten causando daño o dolor. Estos son más abundantes y son los que solemos denominar como trolls. Disimulan menos y suelen tener un lenguaje más agresivo y violento en general.
  
EL MODO DE CAZAR DEPREDADOR

Estas personas primero evaluarán a sus posibles presas, que pueden ser compañeros de trabajo, pareja, amantes o amigos. Si bien a veces la víctima es simplemente alguien que estaba ahí en el momento justo.

Si la caza es en Internet, por ejemplo, mirará las horas en que te conectas, en qué canales entras, con quién sueles hablar, qué temas te interesan, etc.
 Hay una característica inquietante y es que a pesar de su pobre bagaje emocional son expertos en ver los puntos débiles y apretar los botones que te hacen reaccionar emocionalmente, también las carencias e inseguridades de los demás.

Una vez evaluados, el/la Psicópata hará un traje a medida para su víctima: se presentará de forma que nos caiga bien.

Alguien podría preguntarse: ¿qué gana el psicópata con este juego?

Eso depende de los gustos de cada uno de ellos: dinero, vivir a cuenta de alguien, escalar en la posición social o el trabajo, sexo, fiestas y buena vida, regalos, una tapadera para dar una imagen de normalidad, etc...

Pero entre todas sus motivaciones estará el PODER, DOMINACIÓN y CONTROL. Los psicópatas repiten este JUEGO toda la vida, dejando un reguero de perjudicados...ESTE JUEGO LES HACE SENTIR BIEN y lo seguirán durante toda su vida, pasando de víctima en víctima.


El CICLO DEPREDADOR

El ataque y abuso hacia la víctima se da en tres fases que se exponen esquemáticamente.
1ª Fase:

ACECHO/VULNERABILIDAD

Estudia el escenario
Detecta a personas asequibles
Las clasifica según su utilidad

SEDUCCIÓN/CAPTACIÓN

Manipula y miente. Aplica técnicas de seducción que suelen ser innatas en él. Te dice lo que quieres oír, te ofrece cosas que te agradan y ayuda en tus asuntos (luego te las querrá cobrar con creces)
Desarrolla encanto personal y simpatía. Finge lo que no es
Imita sentimientos

2ª Fase:

AISLAMIENTO

Priva a la víctima de contacto con el exterior
Lavado de cerebro: "los demás no te van a querer tanto como yo"
La priva de toda actividad que le guste

COSIFICACIÓN

Humillaciones reiteradas mezcladas con falsos conatos de arrepentimiento
Control absoluto de la víctima
La víctima desarrolla dependencia emocional

3ª Fase.

EXPLOTACIÓN/ATAQUE

Arremete física o psíquicamente
Vuelve a manipularte
Te atribuye la culpa de lo que pasa
Te aísla de tus apoyos
Te devalúa y te humilla otra vez
Oculta, tergiversa o justifica sus ataques ante los ojos de los demás (¡Mira lo que me ha hecho/dicho!..!)

REVELACIÓN/HORROR

Se consolida la explotación. Proyecta su hostilidad y alimenta su ego: se complace en el deleite del desprecio.
Por fin comprendes que no es quien parecía ser. Que sus proyectos y promesas eran mentiras para mantenerte pendiente...se ha quitado la máscara.

4ª Fase:

LIBERACIÓN. La víctima se aleja del personaje nocivo.

Aumenta la agresión y/o las amenazas
Aumenta el control
Puede volver a contactarte
Puede haber conatos de acoso
Si no haces caso, terminará aburriéndose (no estoy tan segura)

ABANDONO/DESMORALIZACIÓN.

El Psicópata "vence"
Utiliza a sus víctimas para siempre o hasta que le sean útiles y luego las abandona
La víctima está desmoralizada pero se podrá recuperar si se apoya en sus más allegados y se desliga emocionalmente.


CÓMO DETECTAR A ESTE TIPO DE PERSONALIDADES OSCURAS.

1) Informándote sobre ellas y no siendo extremadamente confiado con cualquiera que no conozcamos. Estas personas se aprovechan y se burlan de la confianza y de la ingenuidad. Todos tenemos características psicopáticas y narcisistas, porque son estrategias de supervivencia, que nos proporcionan mayor seguridad y autoestima, pero eso no quiere decir que formemos parte de este tipo de personalidades tóxicas.
Para ello habría que tener casi todas las características en un grado extremo. Dentro de la psicopatía también hay grados. No todos son psicópatas perfectos.

2) Algo común a todos ellos es que desean PODER Y CONTROL. Ganar siempre es su meta, no soportan perder. Si les dejas, lo cual supone una pérdida para ellos, es muy común que sigan molestándote, pero de forma lo más disimulada posible, hasta que sientan que han ganado.

3) Intentarán convencerte de que eres tú la que les necesita a ellos y que sin él/ella no eres nadie o que dependes de él. Si te dicen eso, ponte en guardia, porque son ellos los que necesitan a los demás,  pero no para sentir su apoyo y cariño, que ven como una amenaza,  ni para establecer un vínculo emocional profundo, sino  para vampirizarlos y destruirlos y así reforzar su yo. Les mueve el odio. Necesitan la atención y sumisión absoluta de los demás.

4) Los hechos no coinciden con las palabras y las intenciones. Es decir, hay  contradicciones entre lo que dice, lo que hace o lo que dice que hace. Estas personas se crean una máscara, un personaje, a medida de cada víctima, fingen las emociones, mienten y a menudo se crean un pasado falso. Es importante mantenerte fiel a tus principios, que son valores de los que estas personas carecen y sobre todo prestar atención a las contradicciones. Por ejemplo, hay que desconfiar si él/ella  te dice que es sensible pero los hechos demuestran que son bastante superficiales; o que sienten haberte fallado pero siguen teniendo conductas decepcionantes (no se deberían pasar más de tres); o te critican pero no admite críticas, etc,.

5) Hacer caso de terceras personas de tu confianza cuando se dan cuenta de que los hechos contradicen la auto-representación del psicópata. Al menos no desechar su opinión si está bien argumentada, ya que los que son ajenos a la relación suelen ser más objetivos y apreciar esas cosas antes que la propia víctima.

6) Ser consciente de que cualquier persona puede ser víctima de un psicópata. El que se sienta a salvo es que realmente no les conoce. Aunque en realidad sólo les conoce el que ha sido víctima de ellos. Es cierto que buscan víctimas con vulnerabilidades, pero ¿quién no tiene alguna?

7) Conocer su modo de comunicación. Estas personas, para manipularte, utilizan  el engaño, el lenguaje paradójico, la insinuación, el disimulo, la contradicción, la inconsistencia y la ambigüedad. Pero curiosamente suelen pasar desapercibidos esos aspectos, sin que los detectemos, porque las fallas de su discurso son tan sutiles que, inconscientemente, llenamos el hueco que dejan con humanidad y coherencia, porque estamos condicionados a operar con confianza y a dar el beneficio de la duda. Para ellos todo esto es un juego y a no ser que conozcamos las reglas de cómo piensan, seguirán usándolo con resultados devastadores. Tiran la piedra y esconden la mano y las palabras emocionales son pronunciadas de forma neutra. Eluden la comunicación directa, sobre todo cuando tienen que dar explicaciones, por lo que no responden a las preguntas que les haces y se van por las ramas. Por ejemplo, aquí en Internet, si le haces a uno una pregunta comprometida en privado, puede que te responda en público al día siguiente al entrar en el canal, pero sin nombrarte. Tú sabrás que la respuesta es para ti, pero no tendrás manera de saberlo realmente ni de demostrarlo. Juegan con esa ambigüedad. De esa forma, resulta casi imposible pillarle en falta y desenmascararle. Algunas veces, sin embargo, parece que habla de sí mismo con sinceridad, pero lo hace en el general de los canales, entre risas y bromas, o con un halo de sabiduría y de entendimiento superior,  de tal manera que la gravedad terrible y perversa de lo que dice pasa desapercibido para el que no le conoce o no es extraordinariamente sensible y receptivo.

8) Si una persona a menudo te confunde, te hace sentir mal, culpable, apático, resentido, violento, ninguneado y triste, sin ningún motivo y sin saber por qué, es posible que te encuentres ante alguna de estas personalidades nocivas.

9) Si no puedes razonar con ella y parece no tener interés alguno en ti (no lo tiene).

10) Cuando intentas discutir o aclarar las cosas, acabas más confundido, con la impresión de que esa persona ha hablado "pero no ha dicho absolutamente nada relevante".

11) Te sientes al límite, con emociones que van desde el miedo hasta la rabia extrema.

12) Parece no importarle tu dolor.

13) Es superficial y da impresión de falsedad ante terceras personas.

14) Solo parece quejarse todo el tiempo, sus problemas son siempre por tu culpa y la culpa de otros. Él siempre es irresponsable, una víctima inocente.

15) Se muestra indiferente cuando debería estar cercana, inicia discusiones y te critica cuando estás tranquilo.

16) Disfruta mucho con la burla, sobre todo cruel.

17) Pasa muchas horas a la semana ilocalizable (suelen decir que están trabajando, viajando, etc,..). Normalmente, es porque está teniendo otras relaciones con otras personas....y cuando encuentre a alguna que le vaya mejor, le guste más, le aporte más dinero, etc, se irá. También se pueden ir durante meses, sobre todo en Internet, para volver a aparecer después. Es una forma de crear ansiedad en la víctima y de hacerse desear.

18) Finge a menudo estar enfermo, le cuesta dormir, parece que siempre está ocupado sin motivo.

19) Algunos son un poco hipocondríacos, siempre se quejan de algún problema de salud....y al mismo tiempo, son crueles e indiferentes al dolor y los problemas de los demás.

20) Exigen atenciones especiales contantes, siempre están pidiendo que hagas cosas,  solo para molestar y enervarte.

21) Muestra indignación cuando se le contradice.

22) Se aburre fácilmente.

23) Se enfada fácilmente.

24) Proyecta sus propios defectos en los demás.

25) Muestra momentos fugaces en los que parece otra persona (mantener una máscara o un personaje las 24 horas no es tan sencillo y a veces, les falla el programa).

26) No suelen meterse con quien les supera física o intelectualmente, son cobardes.

27) Tienes la sensación de que no tiene ningún interés en lo que te suceda (esto es así, el o la psicópata no dudaría en matarte si estuviera seguro/a de que nadie le pilla. Si puede inducirte al suicidio sería un triunfo para él).

28) Son envidiosos, sienten resentimiento ante la felicidad ajena.

29) Son acosadores en la escuela, trabajo, etc. De hecho, si cortas con ellos, podrán estar llamando a tu teléfono y colgando varias veces al día, así durante años, con la intención de crearte inquietud. Así sienten que poseen aún algún control sobre ti.

30) Conductas crueles, sádicas (a veces muy sutiles, no tienen por qué ser espectaculares).

31) Utilizan el silencio o la exclusión como castigo.

32) Personalidad querulante (es un falso denunciante, inicia pleitos y hace acusaciones falsas y repugnantes)

33) Pasan de la idealización al rechazo frío.

34) Las normas se aplican a los demás, pero no a ellos, son hipócritas. Ellos pueden hacer daño, los demás a él no.

35) Son demagogos, dicen lo que piensan que los demás quieren oír y procuran hacer quedar como malintencionados a los que les cuestionan.

36) Les gusta ser admirados, ser el centro de atención y ser considerados como autoridades.

37) Le importa mantener las apariencias. Suele vestir bien, ir perfumado y mantener una imagen de persona educada, cordial, respetuosa de las normas y las leyes, amistosa, entrañable, comprensiva y simpática de cara a la galería en los grupos sociales, de tal manera que nadie daría crédito a una víctima si se quejase del psicópata

38) No respetará tus límites, ni morales ni de ningún tipo. Intenta involucrarte en su juego y utilizarte y a la vez intenta convencerte de que el invasivo eres tú, que no le dejas respirar.

39) Saca toda la información de ti, pero no aporta ninguna suya en reciprocidad. Así suele actuar en Internet. Sabe que la información es poder y no dará ninguno a su víctima. Otra cosa es que te mienta con un perfil falso, que eso sí lo hará.

40) Te manipula para que hagas cosas que vayan contra tus principios, como lucirte desnuda en un vídeo en internet (suponiendo que eso no te gustase, claro, jeje) o que le ayudes a dañar a alguien del que quiere vengarse, con algún engaño. Pretende pervertirte y degradarte moralmente. Eso le satisface porque así se siente poderoso, además dedisfrutar burlándose de ti con su grupo de aliados, criticando tu cuerpo y, asimismo, puede decir considerándose superior: “¿ves? En el fondo todos están pervertidos y son basura”.

Si una persona, de forma continuada cumple con alguna de las actitudes anteriores, ¡cuidado!...quizá no valga la pena mantener una relación estrecha con ella. Pero si una persona cumple con más de tres de estas actitudes habitualmente, ya puedes largarte inmediatamente!...antes de que acabe con tu salud mental y/o moral.

CÓMO DEFENDERSE DE ESTAS PERSONAS DAÑINAS

Se requiere mucha percepción, intuición, sangre fría, inteligencia y rectitud mental y moral para detectarlos, y aún más si hay que tratarlos. Ayuda mucho a detectarlos el haber tenido una experiencia con alguno de ellos. Te conviertes en el detector por antonomasia. Defenderse es difícil, ya que estas personas son bastante invulnerables por su falta de empatía emocional.

Aun así, vamos a dar una serie de recomendaciones:

1.      Aprender todo lo que puedas sobre psicopatía a partir de buenas fuentes.
2.    Conocerse a uno mismo y nuestros puntos débiles y botones calientes (resortes que tocan y que hacen que saltemos). Este punto es fundamental si no podemos librarnos de una persona nociva y tenemos que convivir con ella, porque es un familiar.
3.      Fortalecernos como persona, en dignidad y autoestima
4.      Tener muy claros nuestros límites (físicos, morales, espirituales, psicológicos, etc.), lo que queremos, lo que estamos dispuestos a aceptar y lo que no. Así, si no tenemos más remedio que convivir con una persona nociva, podremos defendernos mejor. Si nos pide hacer algo y no queremos, es necesario mantenernos firmes en que no lo haremos aunque nos insistan, sin alterarnos y sin entrar en discusión ni ofrecer excusas o explicaciones. Actuar como un disco rayado o como el personaje de Bartleby el escribiente, el de “preferiría no hacerlo”. Mantener la cabeza fría y la firmeza con estas personas y no ceder por presión  ni manipulación es fundamental.
5.      Apoyarse en seres queridos. Ahora bien, hablar con amigos, familiares, etc...sobre lo que ha pasado con el ser dañino puede que no sirva de mucha ayuda, puesto que la gente que nunca ha conocido a un psicópata o sociópata va a pensar que exageras o que eres muy débil o te va a tomar por una histérica o un pesado. O lo que es peor te van a ofrecer consejos tan bienintencionados como inútiles, pensando que se trata solo de una ruptura normal como la de la mayoría de personas.
6.      Es importante aceptar el hecho de que algunas personas carecen de conciencia, que se aprovechan de tu confianza y que intenta destruirte, aunque nos cueste trabajo creerlo
7. No dejar que nos falten al respeto. No hace falta que nos enfademos. Simplemente decir con firmeza inequívoca: eso no lo acepto.
8.   Tener confianza en nuestro instinto, ya que suele avisarnos de que algo no encaja aunque no sepamos qué es...
9.      No fiarse de las apariencias, una sonrisa, atractivo físico, o un disfraz social (por ejemplo, de mosquita muerta, médico o madre)
10.  No tener tratos de ningún tipo con ellos..... Ante la sospecha: indiferencia y cortar el contacto físico. Esta es la regla de oro. Cualquier intento de razonar, negociar o dialogar para llegar a un entendimiento no funciona, porque es seguir metido en el círculo destructivo de estas personas. Así que nada de escribir, llamar, buscar en internet información sobre la persona dañina,  Facebook, whatsapp, etc...Cuando la persona nociva se ha ido, hay que deshacerse de todo lo que recuerde a esos tipos: por ejemplo: tirar todos los regalos, fotos, etc...a la basura, eliminar todo lo que nos recuerde algo de esa época. Cualquier comunicación es contraproducente, ya que a la mayoría de gente solo les va a provocar confusión, y a veces, puede llegar a desquiciarte
11.  Desengancharse emocionalmente de la persona dañina. Esto es bastante complicado y necesita un tiempo, pero hay que conseguir no pensar en ella de ninguna manera. Contacto mental cero. Por eso no es buena idea integrarse en grupos de ayuda a víctimas de psicópatas por varias razones: perpetúa al psicópata en tu mente; convierte a los participantes en victimistas crónicos o resentidos, pero no contribuye a hacerlos fuertes y felices; es regocijarse en el propio dolor y reforzar la obsesión de todos los que participan; es echar toda la culpa a un solo agente, sin pensar en la responsabilidad propia; hace más probable que la persona siga enganchada al psicópata, y por consiguiente, más vulnerable a volver con él/ella; así no se supera el problema, se hace crónico.
12.  Mantener los principios. Un error por parte de alguien se puede perdonar, si se repite, no.
13.  Sospechar de los halagos y también de las personas que se presentan como maltratadas por la vida
14.  Advertir a sus amigos y familiares que pueden ser utilizados en una campaña de desprestigio que comience el dañino contra tu persona. De hecho, si no pueden dañarte a ti directamente, harán daño a tus allegados. Advertir también si es necesario, que tu abogado presentará cargos contra cualquier persona que atente contra tu honor.
15.  No escuchar lo que terceras personas quieran decir sobre sus conversaciones con el ser tóxico. Simplemente, levanta la mano y diles: “No, no quiero saber nada de ese personaje, solo miente”. No digas nada más ni escuches nada más.
16.  Otra opción es reírse si alguien viene a contarle algo. No decir nada, simplemente reír. Después con toda tranquilidad cambia de tema de conversación.
17.  No perder nunca la cabeza. De estas personas esperar siempre lo peor y estar listo mentalmente para usar una autodefensa efectiva.
18.   Embarcarse en una campaña de venganza frente a la persona dañina es un completo error: primero porque supone la continuidad del enganche emocional y segundo porque se entra en una escalada de perversión en la que acabará ganando el más perverso, que es el psicópata. Una persona con humanidad y conciencia no puede llegar a los extremos de depravación y vileza de un psicópata o narcisista
19.  Llevar una vida honorable y digna, esto es algo que  la persona nociva no puede llevar y que a la larga se hará evidente. Las cualidades más elevadas y nobles del ser humano son nuestra mejor arma en la lucha contra ellos, ya que son valores que estos personajes no sienten ni comprenden y en consecuencia, solo pueden imitar torpemente
20.  Llevar a cabo la táctica de descubrir su  máscara sólo en situaciones seguras y con personas de confianza y cara a cara. De esta forma quedarán advertidas. Evitar una campaña de acoso, cubrirse las espaldas y no arriesgarse a tener problemas legales. Esta estrategia es probable que indigne y cause una ira brutal en el psicópata. No es recomendable llamar a la cara a estas personas delante de los demás con los términos psicópata o narcisista, ya que pueden ser muy peligrosas cuando las dejas en evidencia o descubres públicamente cómo son.
21.  Vivir feliz con buenas personas alrededor es la mejor venganza. No dejar de sentir compasión y amor. Afortunadamente, la mayoría de los seres humanos no son como ellos. No dejarse llevar por el odio, la obsesión o las ganas de devolverles el golpe. Vivir contentos y en paz.
22.   Si fuera necesario, buscar ayuda (policía, abogados, psicólogos)

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